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Mostrando entradas de noviembre, 2008

No me gusta cuando callas

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Reseña, homenaje al escritor Mexicano Juan Rulfo En silencio late otro México. Juan Rulfo, narrador de desventuras de los vivos y los muertos guarda silencio. Hace quince años dijo lo que tenia que decir, en una novela corta y unos cuantos relatos, y desde entonces calla. O sea: hizo el amor de hondísima manera y después se quedó dormido" Eduardo Galeano, “El siglo del viento” Con Pedro Páramo comprendió que en lugar de escribir prefería hacer callar su voz. Restaban kilómetros de hectáreas fértiles para sembrar su prosa en novelas o cuentos que recorrieran el mundo, crecían los seguidores, sus dos únicos libros empezaban a traducirse en diferentes lenguas; pero Juan Rulfo prefirió el silencio, pensó que ya había contado todo y se acobijó en el Instituto Nacional Indigenista para confeccionar la colección más importante de la Antropología contemporánea y antigua de México. Allí dedicó los últimos veinte años de su vida, alternando con la fotografía y algunos viajes por el co

Desde lo alto del río

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“ Entrevista, Música, Raúl Carnota, folclore argentino T al vez cuando me entiendan, ya sea un poco tarde, pero los pienso perdonar soy hombre razonable”. Raúl Carnota “Chacarera del pensador”. Espejos, 2005. Sólo un melómano puede atravesar fronteras musicales, mezclar géneros y construir arreglos novedosos. Raúl Carnota, un porteño vinculado al folclore, habla de sus comienzos en la música, su puntillismo a la hora de componer y la relación con las multinacionales. Aquí un breve retrato gráfico de un cantautor de lujo. Podría arriesgarse que si aquella mañana veraniega de finales de los cincuenta, el economista marplatense, Raúl Cesar Valentín Carnota cruzaba la frontera aduanera de Brasil a Argentina con los brazos vacíos; su hijo Raúl estaría hoy radicado en algún pueblo del interior de la Provincia de Buenos Aires como veterinario de grandes animales. Con una vida sedentaria de ocasionales viajes cortos hacia los campos aledaños, compartiendo yerras, asados, vinos

Esa Luna que vino del norte

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“Llegan de noche gritos lejanos, rompe la luna, tiembla de miedo algún chango de salamanca llaman campanas l os hombres quieren matarse empuñando un arma” . Peteco Carabajal y Jacinto Piedra, “te voy a contar un sueño ”. Una música viaja con el viento. Voces desgarradas, que se quiebran en un tono agudo casi de súplica, traspasan los vidrios empañados y se cuelan por las calles dormidas de una noche de jueves con luna llena de carnaval. La fiesta comienza a las diez y se estira hasta el cansancio. Luís está detrás del mostrador con la mirada clavada en una caja que lo transporta a las coplas collas de su infancia. Una infancia que lo ligó al trabajo forzoso escalando cerros desde la aurora al ocaso, masticando coca y silbando algunas canciones de Atahualpa mientras se fundía con el paisaje intenso de Maimará. Treinta años más tarde él está a 1660 kilómetros al sur de su Jujuy natal, comandando la fiesta del folclore norteño en la capital de la provincia de Buenos Aires como “el tío”, “