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Mostrando entradas de 2010

Sospecho que el mundo sea mágico

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Perfil, Tomás Eloy Martínez, minutos después de la noticia de su ida “La historia de los hombres se escribe con esos fragmentos hechos de viento. Siempre hay un instante de la vida en el que volvemos a ser lo que fuimos o en el que somos, misteriosamente, lo que nunca pudimos ser” T.E.M Al principio creí que era otra de sus fábulas. Que nos estaba engañando a todos. Tan acostumbrados nos tenía a los pliegues de su literatura, en los que la realidad y la ficción se fundían como amantes celosos, que bien podía ser este otro de sus artilugios literarios para confundirnos. Pero los noticieros repetían la novedad con insistencia de eterno retorno: “El gran escritor y periodista Tomás Eloy Martínez murió a los 75 años”. “He visto muchas mentiras televisadas”, pensé. Casi todas, incluso. Parecía una noticia de otro mundo. No podía ser cierta. Tomás Eloy Martínez debe estar ahora –pensé-, en su Tucumán natal (“fue para mí el resumen del mundo”), divirtiéndose de lo lindo con todo es

Balada para un tal polo

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Crónica, del teatro que salva vidas A Beppo Andrioli Polo murió un día de locos. Un 22 de Febrero de 2009 cuando el calor pegajoso de la ciudad obligaba al encierro. Su voz de abuelo romántico se había empezado a desafilar, el fueye de su garganta tanguera había perdido estridencia: hacía unos quince días que permanecía enredado en sábanas blancas con un suero pendiendo del aire y ese olor a caldo de sala de internación. Mientras tanto la puerta celeste de su cocina de arte a la orilla del camino del Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero comenzaba a cerrarse para siempre. Los perros, los suyos y de todos, empezaban una triste y prolongada huelga de hambre; los locos, solamente suyos, abandonaban su plegaria vespertina hacia aquel tugurio dónde un viejo sabio les abría las puertas del mundo. Ningún titular publicó su muerte. Su muerte, en silencio, fue absolutamente coherente con su vida, en silencio, y por ello no existió mención alguna como un guión con perfecta rima teatra

A comer al comedor universitario

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Crónica urbana, La Plata ciudad de estudiantes y universidades 30 años tuvieron que pasar para que en 2004 las puertas vuelvan abrirse. En la ciudad de La Plata, capital provincial y sede de miles de estudiantes, comer por un peso es más que una bendición para que la educación sea aún más gratuita El olor a pimienta blanca queda flotando en el ambiente y la nariz me pica. Javier pasa, tira un paneo con el que recorre a todos los que están haciendo algo. Se frena, prende el horno y revuelve una olla con papa que hierve hace un rato, intenta disimular sin éxito ante el fotógrafo, pero es el Jefe de la cocina. -Esto no es una cocina es un campo de Batalla- me dice, el jefe, al pasar. Para el puré usan todo lo que se puede usar en una casa sin secretos. Pero claro, todo a granel: 900 kg de papa; manteca agregada de a panes enteros de 100 gramos cada uno y litros y litros de leche. Los condimentos: Sal que echan de a vasos, y pimienta blanca molida espolvoreada de a puñados. Tod

Uniendo Paraná y Nueva Palmira

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Crónica en bote, viaje, Uruguay- Argentina Un viaje en primera persona a bordo del velero spirit que cruzó los ríos hasta la República Oriental del Uruguay, después que la hermandad se puso en jaque. Después que Botnia se instale en Fray Bentos En el velero “Spirit”, con una bandera argentina y otra del club náutico de Paraná zarpamos con retraso a las tres de la tarde río abajo. Los tripulantes del otro velero nos miran con resignación, ellos, que están listos desde las 10 de la mañana. Con la documentación en orden y el rol listo estábamos en viaje. Era una tarde soportable gracias a la tormenta que cubría el cielo y las bebidas frías que no faltaron en todo el trayecto hasta Uruguay. El río estaba muy bajo, se sabía, y había que navegar con cuidado. Buscar el canal, las boyas y no perder de vista el ecosonda (usado para medir la profundidad bajo la embarcación), para no quedar calzados de panza en el barro, varados en un banco de arena. A media hora de salir nos pasó, y lu

El hombre de la taxidermia

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La palabra tiene origen griego y el oficio según dicen comenzó a practicarse en el antiguo Egipto. Él es Domingo Apud, es platense y es el único profesor de Taxidermia del país y brinda clases a 150 alumnos de distintas facultades por año en la ciudad de La Plata. Se le puede pasar la noche ahí adentro. Ahí, en el frente de su casa al final de la calle 150 en Los Hornos. Dentro de un pequeño galpón que huele al kerosene de una vieja estufa, repleto de frascos de mermelada con líquidos conservantes más bocetos de animales hechos a lápiz y diplomas detrás de un vidrio donde el señor Domingo Apud- único profesor en taxidermia del país según los diarios- realiza el oficio que su padre trajo de Siria a los 18 años. Un oficio que consiste en embalsamar anfibios o mamíferos con procesos químicos o reconstruirlos a partir de las técnicas de la taxidermia: el arte de disecar animales con apariencia de vivos utilizando su piel y sus huesos más telas de vidrio, pinceles y resinas acrílicas en los

Los artesanos detrás del telón

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Crónica detrás de escena, La Plata, obreros y talleres del Teatro Argentino El Teatro Argentino de La Plata es uno de los pocos del mundo que mantienen su propia producción escénica.Alrededor de 150 obreros trabajan en los talleres técnicos. Recorrida por ese universo de artistas que no salen a escena pero que hacen verdaderas obras de arte con sus manos y su capacidad creativa Desde que todo se prendió fuego están a 25 metros de la superficie. 25 metros del hormigón de la calle. En el cuarto piso subsuelo del ascensor. Muchos llevan más de 23 años de oficio vistiendo overoles, con olor a aserrín, a metal chamuscado, a temperas, a pegamento. Están allí, abajo del escenario, bien detrás del telón, a espaldas de un público que aplaudirá de pie a los protagonistas del elenco, y en el aplauso se olvidarán de ellos: los casi 150 obreros que trabajan en los talleres técnicos del Teatro Argentino de La Plata. Era una siesta de octubre de 1977 cuando se desató el incendio y se tragó

Balazo en el pecho

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El balazo en el pecho es mariposa muerta olor rancio, Trébol de tres hojas una cama desierta El balazo en el pecho es la carie del diente una daga filosa, es el vino en la boca la venganza del dante es Mafalda y la sopa El balazo en el pecho es nudo en el esternón sangre que hierve en silencio, espinas, corazas, manteles y escarchas de invierno El balazo en el pecho es puente lágrima y garganta, pared y abrazo, angustia que no se vende El balazo en el pecho es carne lombriz solitaria carnet de prohombre y sonrisa metálica El balazo en el pecho son gotas, paciencia más gotas Y el mal de la urgencia El balazo en el pecho es resfrío de Sinatra, pueblo sin gente, el cine en sepia el bautismo de muerte El balazo en el pecho es una voz acartonada, tres acordes con alfileres el ancho de espadas, almendras que saben a nada siete enanos sin blancanieves el estribillo que sí se puede El balazo en el pecho es mitad de naranja acidez en los huesos el sudor del alcohol, la razón con migraña y el ri

Cada vez que llueve muere alguien

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Cada vez que muere alguien, llueve. Llueve copiosamente, se raja la membrana del cielo y llueve como si cayera una catarata de lágrimas sobre la faz de la tierra para humedecer el alma, hacerla tartamudear con sollozos agudos que salen de esa jaula hermética al compás del viento de una música. La música captura los sentidos hasta hundirnos en las palabras, inundarnos en sus fangos, encarcelarnos en sus laberintos, mecernos en sus remolinos existencialistas sin salidas a superficies inamovibles. Soy niño y miro detrás de un vidrio empañado del cuarto millones de gotas empapando el mundo: se rebalsa el asfalto, se tuercen paraguas, se marchitan las flores, se esconden los pájaros, se cierran los postigos y sólo canta la lluvia con su voz omnipotente. Interminablemente protagónica. Infinitamente emperadora de una tarde que quiere prestarse a ser gris para siempre. Allí los teléfonos se vuelven mudos. Apagan su sonoridad estruendosa para enfrascarnos en una pieza con candados bajo una luz