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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Y si viene la noche

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Y si venís con ese viento mejor que sea con ese viento que hasta lava lágrimas de metal fundido Canjea arcilla por gotas pequeñas gotas como brotes de suertecitas.  Y si venís con esa risa que sea un caracol de agua tragamonedas de angustias Y si venís con ese sol (aunque pequeño sol)  seque los trapos que también deberían tirarse le dé un avioncito dulce a tus labios una canilla que respira profundo

El rey del bife

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Crónica de un mediodía en Pehuajó, Provincia de Buenos Aires.  Se escucha el cotorrerío y no es una metáfora de viejas que entretejen información. No.  Son cotorritas verdes que pueden estar en Misiones pero sin embargo sobrevuelan por las palmeras de la plaza principal en ésta planicie de la cuenca del salado, 365 kilómetros al noroeste y pampa adentro de Buenos Aires. Es Pehuajó el sitio que me refiero, el lugar donde Manuelita la tortuga de María Elena Walsh vivió y hoy luce descolorida en una plaza de las circunvalaciones o una tierra de llanura con 31.533 habitantes según el censo de 2010 que en boca de pehuajenses la cifra estima unos 50.000 en 2015.

Un viaje al fútbol de la selva

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Un viaje a las entrañas de las yungas afrobolivianas donde el equipo de fútbol Chaco Tocaña nos muestra los lazos que unen a la tradición negra con la pasión futbolera Primero ellos llegaron a Potosí. Ellos,  esclavos de África que vinieron a Bolivia cruzando el mar para trabajar en las minas de plata donde manda el tío Sumaj Orko a 4500 msnm. De Angola, Camerún y Mozambique a la fiebre del estaño y la plata. Sin embargo el trabajo duro en un clima hostil los comenzó a diezmar y los sobrevivientes decidieron levantar campamento. Así fue que siguieron por otra ruta, a tranco lento, hasta toparse con el verde subtropical de las yungas paceñas donde se hallaban las fincas de los españoles prometiendo trabajo y ellos prefirieron empezar ahicito mismo de cero. Se mezclaron con criollos y Aymaras en Tocaña: un pequeño pueblo entre nubes, árboles frutales y aves exóticas que pertenece a Coroico – y es a unos 50 minutos por camino de tierra- donde comienza a rodar la