Me gusta
Me gusta que las canciones sean como pequeñas palomas que se largan entre vaya a saber que cables o que salvoconductos de la vida. Pero que se respire la telepatía, se larguen ondas como burbujas de amor e ideología. Sí, un caramelo agridulce abriendo cauces entre las redes. Un caramelo etéreo cuyo manojo de información sensible se vuelve un rebenque con una caricia. Un electroshock de vida con la saliva de la mística. No sé, digamos que algo oficiando de médium: enlaces, com as, paréntesis entre corazones que laten lejos pero que evaporan la lejanía en una canción de música.