Creo
Creer o reventar, de eso se trata.
Entre el verso y la prosa
Creo en algunos silencios. En domingos que cortan con la navaja.
Creo en gargantas reas y desprolijas,
Creo en los ojos seguros del Che: inmortal en la Higuera
Creo en “Give peace a chance” de un Lennon más barbudo,
En la sincronía y en la coincidencia, en el hombre que está solo y espera, en las palabras que tienen sangre
En Walsh, en Galeano, en Silvio, Cadícamo, El Polaco, El Diego o el Chango.
Creo en mi abuelo volviendo del sindicato, y en sus mates debajo del árbol.
Creo en los reencuentros, en el- o los- olvidos, en las revanchas y en una canción que dice que “la vida es una tómbola”.
Creo en risas todopoderosas,
en el olor a tierra mojada,
en las charlas al lado del fuego,
en el vino con amigos y en los cuentos de la pelota.
Creo en pañuelos blancos, en algunos corazones fanáticos,
en lágrimas de madres, en kollas cantando una copla,
en Atahualpa y su guitarra
y en mujeres naturales que se plantan
Creo porque creer también es ser,
Y si no creo reviento,
y si reviento,
ni siquiera sería yo quien escribiese estás líneas.
Matías Kraber
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