La lluvia por la ventana del tren se vuelve Bogotá. En un flash de rieles la geografía engaña. Bogotá mojadísima en uno de esos días que parece que va a llover la vida pero ellos van frescos debajo de sus paraguas, se dejan humedecer el alm a para que un chocolate caliente luego los entibie. ¿Qué suena? "a la orden, a la orden" de las voces que venden comida o jugos, ropa o libros al paso; La frenada de los pequeños buses que dicen Usaquen, Palermo, norte, Aeropuerto. El verde que se vuelve gris y sobre todo viceversa. El verde, es el color del chacra del corazón me dice un fulano y en días como estos aprovecha a regarse para crecer. La vida que tiene café pero cuando hay agua aparece el tango. Adentro, la entrecasa: - sí, señora... Un tinto, por favor... Gracias- se escucha entre ruidos de cubiertos, en una tarde que en seguida le da paso a la cena tempranera de las 20 y a la cama. Afuera, los autos amarillos y japoneses hacen surco en las avenidas - 2 por minuto y cu adr...