Niño descalzo y Las Manos: poesías exquisitas para compartir
Niño descalzo
Niño descalzo
el asfalto son tus zapatos.
La noche te abriga con una tenaz
y dolorosa ausencia.
Casi como si no existieras,
como si no fueran tuyas mis manos,
Como si tu sonrisa no fuera el amanecer.
Niño durmiendo,
tu cama es el regazo de la ciudad
que te cubre y te envuelve
en un manto de lluvia y frío.
Olvidado niño,
tu andar es como la sombra
de un pájaro en la ciudad.
Niño asustado,
te han robado tu propia niñez.
Tus manos grises,
son la de un hombre gris
En el tren que pasa
por encima tuyo
viaja la miseria
de los que vuelven el rostro
para no verte.
Mis manos
Estas son mis manos,
las únicas que tengo,
en ellas me resumo.Mirá,
con ellas escribo, toco, siento,
limpio y ensucio,
armo y desarmo,
creo y destruyo.
Con sus dedos te dibujo en mi cama.
Mis manos son las únicas mías,
ellas conocen tu cuerpo de memoria,
lo recorren,
lo viven,
allí habitan.
En tus colinas olímpicas
ascienden a los tres círculos profanos
y allí te alaban.
Y en la más profunda y húmeda
oscuridad de tu selva,
caminando silenciosas,
te lloran.
Mis manos me traen,
como jirones,
la frágil silueta de tu cuerpo.
Llegan a mi pecho
cargadas de espejismos por tus ojos
y ecos nocturnos
de gemidos prohibidos.
Mis manos se abren paso
por tu escote y tu pollera
para dibujarte en silencio
no tan perfecta como de veras
lo eres entre mis sábanas,
ergo:
porque sólo habitan en tu cuerpo
en el roce,
en la comisura de tus labios.
Porque en ellas me resumo
y me entrego
a las ardientes rasgaduras
de tus uñas en mi espalda.
Porque sin vos no podríamos vivir
(digo: mis manos y yo y el resto de mi mundo),
por eso,
te las regalo. Son tuyas
(al final del camino: a la par)
Ahora mis manos
son tus manos
como habitantes nocturnas en tu cuerpo
o palomas presas
en el cielo de tu boca.
Por Marcos Gutierrez
Niño descalzo
el asfalto son tus zapatos.
La noche te abriga con una tenaz
y dolorosa ausencia.
Casi como si no existieras,
como si no fueran tuyas mis manos,
Como si tu sonrisa no fuera el amanecer.
Niño durmiendo,
tu cama es el regazo de la ciudad
que te cubre y te envuelve
en un manto de lluvia y frío.
Olvidado niño,
tu andar es como la sombra
de un pájaro en la ciudad.
Niño asustado,
te han robado tu propia niñez.
Tus manos grises,
son la de un hombre gris
En el tren que pasa
por encima tuyo
viaja la miseria
de los que vuelven el rostro
para no verte.
Mis manos
Estas son mis manos,
las únicas que tengo,
en ellas me resumo.Mirá,
con ellas escribo, toco, siento,
limpio y ensucio,
armo y desarmo,
creo y destruyo.
Con sus dedos te dibujo en mi cama.
Mis manos son las únicas mías,
ellas conocen tu cuerpo de memoria,
lo recorren,
lo viven,
allí habitan.
En tus colinas olímpicas
ascienden a los tres círculos profanos
y allí te alaban.
Y en la más profunda y húmeda
oscuridad de tu selva,
caminando silenciosas,
te lloran.
Mis manos me traen,
como jirones,
la frágil silueta de tu cuerpo.
Llegan a mi pecho
cargadas de espejismos por tus ojos
y ecos nocturnos
de gemidos prohibidos.
Mis manos se abren paso
por tu escote y tu pollera
para dibujarte en silencio
no tan perfecta como de veras
lo eres entre mis sábanas,
ergo:
porque sólo habitan en tu cuerpo
en el roce,
en la comisura de tus labios.
Porque en ellas me resumo
y me entrego
a las ardientes rasgaduras
de tus uñas en mi espalda.
Porque sin vos no podríamos vivir
(digo: mis manos y yo y el resto de mi mundo),
por eso,
te las regalo. Son tuyas
(al final del camino: a la par)
Ahora mis manos
son tus manos
como habitantes nocturnas en tu cuerpo
o palomas presas
en el cielo de tu boca.
Por Marcos Gutierrez
Comentarios
Te agradezco la visita, las palabras y descubrir un blog que me gustó mucho :)
También estaré visitándote y dejando un comentario cada vez que las palabras vuelen como pájaros, solas.
Te dejo la sensación del agua corriendo entre los dedos.