Vidaleando hasta el Sueño

Siempre miró el río, cuando todos le dieron la espalda. Desde su balcón en calle Garay esquina Brasil se dejaba perfumar por el arrabal del río y salía a cantar con su voz de zorzal criollo sin fronteras. Ecléctico, melómano, comprometido Su poesía honda como un aljibe. Marplatense con mundo.Vasco pero enamorado del grito santiagueño. Buceó, jazzeó, armonizó, truncó y enseñó a pescar. Como haré con esta pena, que se metió adentro mío Raúl querido. Te fuiste con el folclore de una mañana de sábado. Tal vez un fuego con duendes y guitarras te espera en el paraíso de la música perfecta. Entrañable. Yo mastico tu silencio, tu luto, mientras juro vidalear hasta el sueño.
Por Matías Kraber
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