Zigzag

Entras y salis como zigzagueando. Tampoco es que salís, 
sólo que nos permitimos hasta el silencio
para gozar de la sombra 
que también somos nosotros mismos. Hasta en un beso subterráneo. 
Subliminal. Acuático.
A veces peces, otras pájaros. Siempre nosotros, pero con rostros distintos.
Otras caras Rompiendo las agujas del reloj Dejando de pensar
Mientras
Le estiramos la lengua 
al tango del instinto

Matías Kraber

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vidas de porcelana

Aquel Peronismo de juguete- Osvaldo Soriano

Milonga del muerto de Jorge Luis Borges