Lo líquido

El olvido,
una calle vacía,
los perros
que lamen
las huellas
de los que se fueron.

La sangre,
el desempate
el pedacito de cielo
se lo traga la nube,
que es un tren pasajero.

Lo líquido,
la velocidad,
los cien metros llanos,
el chapaleo del charco,
las bocinas y las luces,
su silencio del después.

Lo que emerge
de las bocas
son tormentas
agridulces,
una soda
con limón,
Como ráfaga
que arrasa
esos puntos
en suspenso
de la dulzura
distante.


M.K

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