Entradas

Mostrando entradas de 2009

Anda por este mundo sobreviviendo

Imagen
Nota publicada en la revista Tiempos del diario hoy de la ciudad de La Plata. Domingo 15/11/09. Victor Heredia habla de su presente musical repleto de presentaciones, de su entrañable amiga Mercedes Sosa y de un pasado argentino que vivió en carne propia. Aquí una radiografía en palabras de un cantor popular argentino que siempre nos invita a pensar. Un corazón americano creció a la luz del sol por aquellos años benditos donde soñadores de pelo largo divagaban con cambiar el mundo. Su voz invita a volar, invita a sumirse en las entrañas de un continente abreviado bajo el concepto potente de la patria grande. Escogió el verbo resistir cuando “cierto tipos de langostas” comieron la libertad de expresión de punta a punta del país quemando ideas, fusilando y multiplicando exilios. Hoy, con sus 62 años, rememora haberse quedado en Argentina y se llena de júbilo, conserva el recuerdo en un rincón sagrado de la memoria con jubilación de privilegio. “ La guitarra del joven soldado es su mejor

Vidas de porcelana

Imagen
Cuento, contrastes, vidas paralelas “No sé si otra cosa puede relacionarse tanto con matar a alguien. Al menos siempre lo sentí así, desde esa mañana, cuando ante las primeras luces del día enfilé para mi casa con un tranco pesado de condenado. Creo que la noche transforma, propicia la metamorfosis. Durante el día no somos más que normales, tipos con vestiduras más o menos comunes, ordinarias y típicas. Pero cuando brota la luna en el cielo emerge una sed imperiosa de cometer algo que rompa con el silencio del tiempo, que nos haga más perfectamente mortales. Que modifique la quietud, el orden establecido, esa inercia que instala el día. Recuerdo que apenas salí de aquel tugurio de mala muerte, respiré con liviandad como quitándome una chaqueta de plomo. Por un rato no tan extenso, pude valerme de esa sensación pura y genuina del logro espiritual. Pero al cabo de un tiempo minúsculo, cuando se enciende la transición, comprendemos que hemos sido criminales, que hemos actuado con

La marcha de Jeites

Imagen
Música, Jeites, nota Entre ayer y hoy En realidad sí sé lo que significa Jeites. O yeites. Podes decirlo como quieras. En el idioma que gustes, en cualquier playa del mundo o en cualquier pulmón de manzana del planeta. Babilonia ponele: esa casa que no tiene paredes y caben todos. Familia que se une en la canción que tiene siempre un mar de fondo. O en primerísima primera plana. Caras pintadas, el circo y el tablado, la murga con el reggae y una marcha que va con el viento. Se hace viento. Y el significado que fue viniendo.  Viajó. Se curtió.  Jeites es una ecuación compleja,  una sumatoria de factores: voces armónicas, teatro en vivo,  clown y circo, letras simples de vos, yo y vocé que hablan de lo cotidiano con jergas juveniles y metáforas con gancho. Trompada como un yeite. Adentro Son casi una familia más amigos. Música que nació del juego: un piano desafinado con una voz del rock canción  en la sobremesa larga de una familia entera en casa de mar. Uniendo gente,

Sueños violentos

Imagen
No sé cómo arrancó la conversación pero hablábamos como si nos conociéramos de toda la vida. Los principios son, muchas veces, menos recordados que los finales, ¿Será por eso que hay tantas historias que no terminan de ser comprendidas? Lo cierto es que ese extraño hombre que tenía enfrente de tan extraño me resultaba familiar. Lo sentía, de algún modo que no puedo precisar, como alguien cercano y confiable con el que se podía dialogar con la misma intimidad con que se monologa con uno mismo. No parecía ser mucho mayor que yo, tendría unos treinta años, pero cierto aire melancólico envolvía su figura y lo hacía parecer más viejo. Su barba descuidada y el pelo enmarañado le sumaban abandono a su, ya de por sí, deshilachada imagen. Estábamos en un bar pequeño en las afueras de la ciudad que bien podría pasar por tugurio sin temor a caer en confusiones; un par de mesas, mucho humo y poca luz le daban una presencia sórdida y de ensueño al lugar. Tampoco sé bien cómo llegué a un sitio semej

Música "de la Ostia", crónica

Imagen
Crónica urbana, El after en la noche, La Plata Escribe Emmanuel Burgueño. "Para entendidos", debería figurar en alguna parte de la entrada: la música techno suena como un eterno tamborileo en el que las máquinas hablan al ritmo de un compás extenso y repetitivo, repleto de acentos y silencios. El lugar, iluminado por unos tenues faroles y unas danzarinas luces camaleónicas, está prácticamente vacío con la excepción de cuatro o cinco jóvenes que en el rincón más oscuro (al lado de las persianas que dan calle y nunca se abren) se mueven de manera fantasmagórica agitando las manos y moviendo sus cabezas. Son las tres de la mañana, y "de la Ostia", el único bar en la ciudad de La Plata que pasa música electrónica toda la noche, parece amnésica de gente; pero claro: falta el cartel que diga: "para entendidos"… - Es demasiado temprano; esto recién empieza a "ponerse" a partir de las cuatro y media. Adriana habla con la elocuencia y la autoridad

París ayer y ahora

Imagen
Llamó a las 8 y me dijo que quería hablar de lo nuestro. Cuando decía lo nuestro se refería, intuyo, a conversaciones nunca resueltas, a intentos fallidos, a ganas que resbalan en el marmol de lo moral: de lo permitido y lo prohíbido.Siempre que sonaba el teléfono, yo deseaba que ese sonido estridente me trajera la voz de ella. Porque justamente si era ella, el fantasma cotidiano, ese ritual monótono de volver con la cara larga del trabajo y soportar alguna queja de mi mujer, se pudiera disipar tan fugazmente como el humo de una avión en el aire. Sin embargo esas charlas fulgurosas, aunque tendrían que durar años, se terminaban. Carecían de extensión, se consumían tan rápidamente como todas aquellas cosas que se disfrutan demasiado. Y lastimosamente yacían en la nada, en esas fichas puestas en el azar, en esa eventualidad de que nuestras vidas girasen en un mismo sentido casi mágicamente. Pero aquella tardecita llamó con otra cadencia, con otro tono: dijo que todo había concluído, que