Entradas

Mostrando entradas de junio, 2013

Confesiones de un tipo cabal

Imagen
Haruki Murakami del libro Baila, Baila, Baila fragmento capítulo 1 Yo no soy un tipo raro de verás lo creo. Quizá tampoco pueda decirse que soy un tipo corriente, pero raro no soy. Soy una persona extremadamente cabal, a mi manera. Muy directa. Directa como una flecha. Soy yo mismo de un modo natural e inevitable. Dado a que es un hecho evidente, no me importa demasiado lo que los demás piensen de mí. La manera en que los demás me ven no me atañe. Más bien, eso es algo que sólo les atañe a ellos. Algunas personas me consideran más memo de lo que soy en realidad, y otras me estiman de mayor medida de lo que en realidad valgo. Pero me da igual. Además, la expresión -en realidad- sólo se funda en la imagen que he creado de mí mismo. Me consideran un verdadero memo o alguien digno de estima. En ambos casos, me trae sin cuidado. Eso carece de importancia. En este mundo no existen las mal interpretaciones. Apenas, la discrepancia de ideas. Así lo veo yo. Por otra parte, hay person

Clicks de domingo

Imagen
Permítanme decir que los domingos son como linternas bien prendidas. Un buceo por la superficie oscura, o cajones que se vuelven abrir o canciones añejas que se destapan de un corchazo. Glup, glup, glup se escucha caer incluso.Y después que está la sensación de congelar la imagen, darle pausa en ese preciso instante donde la bolsa de nylon vuela como panadero en el aire en Belleza Americana : en un guiño, una metáfora sin fronteras de lo invisible que queremos ver mientras llueve, suenan las chapas -o las tejas o los techos- y uno quiere moverse con absoluta libertad en la estática de ese segundo: esa charla con un amigo, esa frase de aquel libro, la película a punto de terminar, ese tacto preciso con ella, ese viaje, ese beso, ese gol, ese diálogo en el recuerdo con algún viejo amor,o  esa cena; o ganas resbaladizas de poner un cuadro donde la pared es muy pálida, correr los muebles de lugar. Barajar y dar de nuevo. Alquimismo espiritual, no sé. Pero la crisis transformada en oportun

El futuro

Imagen
Y sé muy bien que no estarás. No estarás en la calle, en el murmullo que brota de noche de los postes de alumbrado, ni en el gesto de elegir el menú, ni en la sonrisa que alivia los completos de los subtes, ni en los libros prestados ni en el hasta mañana. No estarás en mis sueños, en el destino original de mis palabras, ni en una cifra telefónica estarás o en el color de un par de guantes o una blusa. Me enojaré amor mío, sin que sea por ti, y compraré bombones pero no para ti, me pararé en la esquina a la que no vendrás, y diré las palabras que se dicen y comeré las cosas que se comen y soñaré las cosas que se sueñan y sé muy bien que no estarás, ni aquí adentro, la cárcel donde aún te retengo, ni allí fuera, este río de calles y de puentes. No estarás para nada, no serás ni recuerdo, y cuando piense en ti pensaré un pensamiento que oscuramente trata de acordarse de ti. Julio Cortázar

He visto morir

Imagen
La muerte de Severino Di Giovanni: P or Roberto Arlt En la semana del periodista, un distinto y argento que escribió con el cocoliche de los años 30. Un retratista de la década infame, un personaje exótico de nuestra cultura que trascendió barreras y generó una escuela de escritura desde acá. El condenado camina como un pato. Los pies aherrojados con una barra de hierro a las esposas que amarran las manos. Atraviesa la franja de adoquinado rústico. Algunos espectadores se ríen. ¿Zoncera? ¿Nerviosidad? ¡Quién sabe! El reo se sienta reposadamente en el banquillo. Apoya la espalda y saca pecho. Mira arriba. Luego se inclina y parece, con las manos abandonadas entre las rodillas abiertas, un hombre que cuida el fuego mientras se calienta agua para tomar el mate. Permanece así cuatro segundos. Un suboficial le cruza una soga al pecho, para que cuando los proyectiles lo maten no ruede por tierra. Di Giovanni gira la cabeza de derecha a izquierda y se deja amarrar. Ha formado el bl

El más triste de los Drake

Imagen
Un perfil de un músico británico que le cantó a la tristeza. Se hizo carga de ella y la retrató en discos que trascendieron, varios minutos después, que murió en la casa de sus viejos Por Juan Forn Es una casa como cualquier otra, en un pueblito como cualquier otro de la campiña inglesa pero, desde 1974, jóvenes tristes de los lugares más remotos del mundo peregrinan hasta ahí a rendir su homenaje al santo patrono de las almas sensibles, el rey indiscutido del otoño: Nick Drake vivía en esa casa con sus padres hasta que, una mañana gris de 1974, sus padres lo encontraron muerto en la cocina, al lado de un bol de cereales y un frasco vacío de antidepresivos. Tenía veintiséis años, había grabado tres discos hermosos que pasaron sin pena ni gloria, nunca pudo vencer su incapacidad de tocar en público, tampoco podía tocar con músicos que no conocía: en sus primeros dos discos reemplazó a los profesionales que le ofrecía la discográfica por amigotes suyos de Cambridge; para el te

Estudiantes campeón del mundo 1968

Imagen
El 16 de octubre los pincharratas dirigidos por Zubeldía vencían a Manchester 1 a 0 en Old Trafford y traían por primera vez la copa del mundo a La Plata. La ciudad olvidó las rivalidades internas y salió a festejar por calle 7. Hoy, algunos de sus históricos jugadores, reconstruyen cómo fueron aquellos tiempos cuando ganaron la Copa Intercontinental. E se día en La Plata el tiempo se congeló. Fue algo raro, pero así fue: por primera vez hubo una Revolución de fútbol Argentina hecha con alfiles de barrio y un león chico que se hizo grande de prepo.   Y acá, en las diagonales, se vivía una película: Récord de radios portátiles en las calles y en las casas, altoparlantes sonando a todo pulmón por las esquinas de calle 7, grupos de hinchas amontonados en plaza San Martín, triperos que se olvidaron del clásico,  colores rojiblancos convertidos en argentinos más los titulares en sepia de El Día la mañana del  17 de octubre de 1968: “ Estudiantes: legítimo campeón del mundo”  y “no h