Perez directo al infinito

Banda de rock indie de La Plata al mundo



Quién tiene hoy una cancion? prestame un disco del casioton. ahinoa. ahinoa. ahinoa: otro sonido. Una palabra nueva enseguida natural. Digamos que una página nueva. Una épica de los 80 con los cables de los 2000. El rock indie que bucea en las aguas de la originalidad. Un ADN único e irrepetible. La suma de 4 tipos haciendo génesis desde sus instrumentos y sensibilidad. Una guitarra con colores y plumas, un bajo clave siempre latiendo, una batería perfecta entre el cromos y la atmósfera, y una voz como flecha adelante. Pérez, una familia de artesanos de la canción: Eclécticos viajeros montados en una nave que ya empezó a tejer el vaivén que une con progresión roquera Buenos Aires y La Plata. Y ahí su propia historia del mundo. Entre lo cosmopolita y lo federal -porque son varias ciudades las que suenan al unísono con ellos- van tejiendo un puente con canciones pájaros. Esas que tienen su cocina en lo esencial de lo urbano, en la plástica de las estaciones, en la mística invisible de las calles, en las maquinarias de la noche, en el círculo poderoso de una frase. La poesía dando vueltas entre adoquines y tilo, y ellos caminando en espiral capturando el sonido de la trascendencia. El que los vuelve auténticos. Ahí va Pérez, llegando a los oídos de la gente con el envión del viento. Un viento que multiplica más gente en cada concierto. Los amigos que vienen y traen otros nuevos y asi una bandada de pájaros llenando el aeropuerto con caras familiares y no tanto que quieren volar o teletransportarse en un ritual necesario: acá, allá o en cualquier lugar. Mancomunión sonora, mantra y electricidad que se da ahí entre ellos, el escenario y la gente. Sinergía buena. Me vine de viaje largo sudamericano: De La Plata a Bogotá en varios tramos entre colectivos y mini buses. Paisajes verdes y áridos; montañas, ríos y caminos sinuosos. Pasaron ya Bolivia, Perú y Ecuador y ahora en Cali, Colombia. Y en el medio para amenizar la trama dos discos de Pérez como mi vitamina de la distancia. Volviéndose paréntesis de limbo, el planeta Babia de los momentos esenciales, el ahora, la aerodinamia de la ventanilla llevándome a ese espacio infinito de una canción. "Yo no quiero entender, estoy escuchando buenos discos, estoy intentando no pensar" salió por los auriculares una y otra vez ; Y el viaje -ya más un concepto que una realidad finita- un punto de fuga inagotable. Bastante después vinieron las palabras, que son además un puñado de gracias por hacerme -y hacernos- volver por la mano de enfrente. Aquí desde tierra cafetera, de salsa y un tal Andrés Caicedo, tal vez uno de los últimos grandes hacedores de literatura que suena. Y como él diría: Que viva la música. Ahinoa y salú.


http://perezmusica.bandcamp.com/album/perez (primer disco)
http://perezmusica.bandcamp.com/album/17-canciones-para-autopista (segundo disco)
y llegando el tercero: La hora de los pájaros


Por Matías Kraber


Comentarios

Lucas ha dicho que…
Muy bueno!
matiasz ha dicho que…
Gracias Matías, muy lindas palabras
Matias ha dicho que…
Abrazo Mati...Abrazo Lucas
que lindo Perez
Salud

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