Oda a la boya
ahí,
en la nada,
por la nada,
en el mísmismo
instante
de la
epifanía.
Me pregunto
si existe,
me pregunto
si se toca,
si es
aterciopelada,
remolino
gris
o bravura
mansa.
Titila,
es un bicho
de luz
del adentro,
un relámpago,
un ápice
cómplice
del instante.
Nado
por vos,
por nadar
en la trama
que se
vuelve
tu voz
en la
mía
como la
boca de tu pez
en mi anzuelo
de re pente
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