Lluvia como carcajada

Llueve. Llueve tantísimo que parecen carcajadas de agua. Cataratas en los techos, en los toldos, gotas gordas de pura lluvia. Llueve y el swing es una bailarina descalza en puntitas de pie que baila Devendra Banhart. Llueve y nos refugiamos en la meditación larga, mirada felina en el cristal que da a la vereda primero y después a la calle. Llueve en playa del Carmen y veo pasar el tiempo por el televisor de la ventana: la prisa y la pausa. Tres transeúntes van todos encapuchados, un señor corre descalzo y salpica una pequeña bruma. Llueve afuera y llueve adentro: metafísica de purgarse que es necesariedad humana. Viene El Niño con sus barquitos de la imaginación y la invita a la bailarina a subir a la proa de este baile con el feel de la tormenta. 

MK



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